El objetivo del uso de este mismo logotipo en todo el continente es el de convertir este símbolo en uno ampliamente reconocido en la producción de alimentos ecológicos y que se genere confianza por parte de los consumidores, ante el elevado número de etiquetas de este tipo existentes en el mercado.
Este logotipo se creó en el año 2010, y desde entonces las empresas han tenido un tiempo de adaptación de dos años, hasta su entrada en vigor el pasado 1 de julio. Este plazo se otorgó para evitar derrochar envases ya existentes con otro marcaje.
En esta nueva etiqueta ecológica, además del logotipo, también figurará el código numérico del órgano de control y el lugar de producción de las materias primas agrícolas.
El consumo de productos procedentes de la agricultura y de la ganadería ecológica ha ido creciendo en los últimos años de manera constante, representando actualmente un 2% del mercado de la Unión Europea. Así mismo, la producción supone ya el 5% de la superficie agrícola, y más del 2% de las explotaciones agrícolas.
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